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ENTREVISTA 10-5-2010

Fotografía: Angel Font
 
Colección Personajes de Cataluña vol.21. Historia Contemporánea de Cataluña.
Angel Font. Ed. Publi Corinti, SL  “Estética corporal y equilibrio emocional”  
 
Frases : 
  • “El método de las Constelaciones Familiares nos muestra que en la familia y sus relaciones básicas, se encuentra la fuente de nuestras dificultades, y al mismo tiempo, el camino y la fuerza para su resolución”.
  • “Cada persona lleva dentro información de las vidas de sus antepasados, tanto a nivel físico como psíquico o emocional”.
  • “Toda persona puede concebir su cuerpo como el templo que habita su Ser, y cuidarlo con hábitos saludables como el ejercicio físico o una buena alimentación”
  • “Quien sigue un patrón social de belleza y de comportamiento, se limita a cubrirse con una máscara. Pero la estabilidad emocional ha de buscarse mirando hacia nuestro interior. Porque, si no, cuando la máscara cae, detrás siempre se encuentran desequilibrios y sufrimientos acumulados”.
 
PSICÓLOGA CLÍNICA – PSICOTERAPEUTA – Puigcerdà (La Cerdanya)

Sara Rodríguez Simón ejerce de psicóloga en su propia consulta y se dedica a la supervisión y a la formación de profesionales en diversas entidades de España, como el  Colegio de Psicólogos de Lleida, la URL y la UCM. Hoy es presidenta de la AEBH (Asociación Española de Constelaciones Familiares, Bert Hellinger), una entidad que, en el ámbito de las Constelaciones Familiares, promueve el estudio y la investigación, actúa como plataforma de información, vela por la calidad de la formación y promociona actividades en los campos de la terapia, la medicina o la educación, entre otros aspectos. El método que se emplea en las Constelaciones Familiares consiste en un tipo de terapia sistémica familiar ideada por el terapeuta alemán Bert Hellinger a mediados del siglo XX.

“En 1999, en el Instituto Gestalt de Barcelona, Bert Hellinger nos mostró su innovador método de las Constelaciones Familiares. Sus comprensiones de las leyes de los sistemas las reunió en los “Ordenes del Amor”, que evolucionan actualmente hasta un ámbito espiritual. Bert Hellinger se dio cuenta de la influencia de las dinámicas familiares de identificación e implicación que pasan de una generación a otra, del efecto negativo de los excluidos, de que cada ser humano lleva dentro cierta información de las vidas de sus antepasados, tanto en el ámbito físico como psíquico o emocional. La herencia está impresa en nuestros genes, así como también en el inconsciente colectivo de nuestra familia, y tiene la capacidad de ser transmitida de generación en generación. Por eso, en la familia y sus relaciones básicas se encuentra la fuente de nuestras dificultades y, al mismo tiempo, el camino y la fuerza para su resolución. Con la terapia que desarrollamos a partir de las Constelaciones Familiares podemos identificar los conflictos y los puntos clave del sistema familiar, laboral o social que dificultan la fluidez en la vida de una persona. La finalidad de nuestro trabajo es que cada individuo  consiga ocupar el lugar que le corresponde dentro de los grupos donde interactúa. En la AEBH no sólo trabajamos en el campo de la psicoterapia, sino que también nos integramos en el mundo de la escuela o las empresas, porque precisamente nuestro método es sistémico, lo que significa que puede ser útil en ámbitos muy  diversos. Ahora hay colaboraciones de entidades privadas con universidades para impartir estas formaciones en Cataluña, Madrid, Andalucía, etc.” 

Para dedicarse a la psicología, es imprescindible una motivación esencialmente vocacional.

«En mi caso, a los 16 años ya quería ejercer de psicóloga y, cuando llegó el momento, me matriculé en la Universidad de Barcelona para, finalmente, acabar especializándome en psicología clínica. Después me formé en psicoanálisis y me dedique a este campo durante siete años. En aquel periodo amplié mi formación para adquirir conocimientos de expresión corporal, lo que me permitió convertirme en especialista en práctica psicomotriz. La combinación de estas disciplinas hizo posible que empezase a trabajar en la integración de la parte mental con la parte emocional y corporal de los niños y, más tarde, quise aplicar estas técnicas en personas adultas. Pero entonces mi vida personal experimentó una sacudida: sufrí una enfermedad grave y estuve a punto de morir. Aquel hecho me cambió completamente como persona, y en mi trayectoria vital quedó claramente marcado un antes y un después. Estuve un tiempo en coma y, al salir, me diagnosticaron una hemiplejía en el lado izquierdo del cuerpo. La recuperación fue dura porque tuve que partir de cero en muchos aspectos: volver a aprender a leer, a escribir, a caminar, a trabajar las habilidades de la memoria. Sin duda, aquella situación provocó que confirmase de qué manera el cuerpo influye en las emociones y viceversa. Siempre estuve convencida de que saldría adelante y tuve confianza plena en esta idea. Y, efectivamente, así fue.”

Aquel suceso tan extremo provocó que Sara Rodríguez se propusiese utilizar su propia experiencia para ayudar a 0tras personas que estaban pasando por situaciones parecidas.

“Me planteé cómo acompañar mejor a los clientes. Mi problema de salud y mi posterior recuperación me hicieron dar cuenta de la importancia del equilibrio emocional y la familia en los procesos de superación de una enfermedad grave. Para recuperarse, el paciente tiene que trabajar el cuerpo, pero también tiene que trabajar las emociones más profundas del  alma. Toda persona, no sólo aquella que está enferma, puede concebir su cuerpo como el templo donde habita su Ser y cuidarlo con prácticas como el ejercicio físico, una buena alimentación y unos hábitos saludables, mirando a la Vida. Durante los 13 años transcurridos desde mi recuperación, he buscado los mejores recursos para ofrecer una buena terapia a aquellas personas que acuden a mi consulta. Los métodos que utilizo también  están vinculados a la PNL Sistémica (Programación Neurolingüística), disciplina que desarrollo en temas de salud. La PNL tiene como finalidad preparar la mente de manera sistemática para comunicar aquello que el individuo piensa con lo que realmente hace, basándose en tres elementos claves del ser humano: el sistema nervioso, el lenguaje y la conducta”. 

Actualmente vivimos en una sociedad que parece que nos impulse a usar una máscara para poder encontrar la estabilidad psico-emocional. Además, también parece que esta máscara tenga que responder siempre a un mismo patrón, a un mimetismo general que rehúye la individualidad.

Ciertamente, esta actitud global se ve cada vez más. Ceñirse a este esquema no responde al concepto que tengo de la búsqueda de la felicidad. Quien se suma a este tipo de comportamiento, se limita a cubrirse con un envoltorio. Y el equilibrio emocional se tiene que buscar mirando hacia el interior de uno mismo. Porque, si no, cuando el envoltorio cae, detrás siempre se hallan sufrimiento y dolor acumulados. No podemos contentarnos con la fachada que, en realidad, no es nada más que una ilusión de lo que se quiere llegar a ser. La vida no es lineal y oscila continuamente, pero podemos aprovechar tanto los buenos momentos como los malos para aprender a encontrar soluciones y mejorar”. 

Hay personas que se refugian en la cirugía estética, con la creencia de que, así, encontrarán la solución a sus conflictos personales.

“La cirugía estética puede ser psicológicamente positiva para según qué casos y puede llegar a aportar un alivio, también físico, a algunas personas que sufren malformaciones graves y evidentes. Sin embargo, hoy se abusa de la cirugía estética hasta extremos verdaderamente frívolos. Muchas personas creen que, modificando radicalmente su cuerpo, conseguirán el camino hacia la felicidad; pero la realidad es que difícilmente se consigue un equilibrio emocional sin trabajo interior. Se dice que la cara es el espejo del alma”

Un trabajo que desde su experiencia como terapeuta y como paciente es duro, constante y, finalmente, muy satisfactorio.